31 octubre 2010

Homenaje al Campeón: 14 años España.

Catorce años. Tenía 10 años cuando vi a España jugar por primera vez en la Euro del 1996. Recuerdo esa tanda de penales contra los ingleses. La eterna maldición. La pelota en las manos del arquero. Y el sueño que se escapa. Nigeria en el 98. Y la pelota que se cuela adentro. La Euro del 2000. Y el penal que se vuelve a ir. Llego el Mundial del 2002. Y el robo que nunca olvidaremos. Cuantas lágrimas derramadas bajo la almohada. Nos fuimos en el 2004 siquiera sin haber empezado. 14 años. Hasta que llego la hora de cambiar nuestro destino.

Vino la Euro del 2008. Y el sueño se hizo posible. Lo creímos. Pudimos. Algo cambio en el ambiente. Y entonces lo que parecía una utopía comenzó a transformarse en una realidad. Día tras día. Hasta llegar al mundial. Y vino ese primer partido. 0-1 ante Suiza. Los fantasmas volvieron al camerino. Pero esta vez no fueron permitidos. España fue fiel a su estilo. "Si nos vamos, nos iremos jugando" pareció ser su lema en un mundial lleno de esquemas defensivos, faltas e insultos al buen fútbol. Y empezó la hombrada. Hasta llegar a la final. Y ahí esta. La copa. Tan cerca y tan lejos al mismo tiempo. Nunca antes un equipo que hubiese perdido el primer partido de un mundial había salido campeón. Se fueron los 90 iniciales, y pensamos en los penales. La eterna maldición. Y entonces sucedió.

El pequeñito que muchos daban por acabado. Ese que se formo un nombre con coraje y esfuerzo. Tomo la pelota en su piernas. Un escalofrió recorrió nuestro corazón. Y disparó. A un costado. 14 años vinieron de golpe con ese gol. Al igual que Iker Casillas. Lloramos. Con el alma. Nunca habíamos estado tan cerca de la gloria. Los cuatro minutos que faltaban para terminar el partido se volvieron eternos. "Que pite ya" era nuestro único pensamiento mientras el cuerpo temblaba con la idea de que se pudiera escapar el sueño. Y entonces sucedió. El arbitro se lleva su pito a la boca, y lo que por años pareció inconcebible se hizo realidad. Somos campeones. Gritamos. La madre que los trajo al mundo. Somos campeones.



Catorce años. La gloria ha llegado después de tanto fracasos, robos y años de frustraciones. Catorce años. Carajo. Tanto tiempo hemos esperado este momento y ahora no sabemos como expresarlo. No hay palabras, tan solo una enorme alegría en nuestro pecho. Deportivamente. Fue uno de los momentos más hermosos de nuestras vidas. Solo superado por el día que dimos la vuelta olímpica en esa vieja cancha de barrio bajo la lluvia y el aplauso de cuatro gatos. Igual que Casillas, un par de lágrimas escaparon de nuestro ojos, tengo que confesarlo. Han sido muchos años. Demasiados. Pero valieron la vena. ¡Somos campeones!

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